...Nos paseamos por la noche dando vueltas y el fuego nos consume...

martes, enero 27, 2009

La Caja de Lápices

..."Los cronopios, en cambio, esos seres desordenados y tibios, dejan los recuerdos sueltos por la casa, entre alegres gritos, y ellos andan por el medio y cuando pasa corriendo uno, lo acarician con suavidad y le dicen: "No vayas a lastimarte" ...
Julio Cortázar , Conservación de los recuerdos
¿Si hubiera un incendio, qué te llevarías antes de salir corriendo? , sé que mi madre escogería un cajón lleno de papeles (es una ordenadísima recolectora de recuerdos); que algunos tomarían sus notebooks cargados de conversaciones y trabajos, que otros se llevarían alguna reliquia familiar o una joya de valor…

Yo rescataría dos cosas, mi notebook y mi vieja caja de lápices


De pequeña siempre quise una caja de lápices, me regalaste una desproporcionada a mi edad (tenia 12), eran 72 lápices ingleses, acuarelables, profesionales…que impresión fue diluirlos, ver los colores mezclarse y cambiar…cada vez que los usaba los ordenaba por número….con esos lápices aprendí a pintar, conocí otros colores, índigo, magenta, ultramar, siena; …

Aprendí que podía crear cosas bellas

Hoy, que se que esta etapa se terminara tarde o temprano , te doy gracias por la caja de lápices , porque siempre creíste en mi talento; porque cuando esto termine será mi regalo para ti…porque noches como hoy te recuerdo y sé que estás conmigo.

lunes, junio 02, 2008

Exceso de equipaje

…“todo lo imaginable puede ser soñado, pero hasta el sueño más inesperado es un acertijo que esconde un deseo, o bien a su inversa, un temor”… Ítalo Calvino, Las ciudades invisibles.

III

Cuando llegamos era mediodía, el viento ondeaba suavemente las hierbas ralas de la explanada; un paño seco surcado por franjas plateadas por el sol. Una débil reja de alambre era el único (el ultimo) límite que nos separa del tabú que es ese lugar yermo, esa tierra de nadie.
Cada ciudad tiene sus lugares prohibidos, aquí, en este pueblo olvidado; crecimos escuchando historias de ese lugar, ese aeródromo. Dicen que era habitual ver los aeroplanos llenar el horizonte de zumbidos, que la gente se agolpaba en las despedidas; que aún si se presta atención se puede oír el sonido de los motores al atardecer. El pueblo entero vive observando ese vacío con un respeto que es parte miedo y parte añoranza.
No se sabe de nadie que haya cruzado la cerca después de la desaparición de los viajeros. El primer paso fue dado con las rodillas temblorosas (los miedos infantiles son profundos y arraigados), pero al avanzar y ver como se acercaba esa mancha plateada (hangar dicen que se llama) nos sentimos valientes, alejados de aquella gente supersticiosa y no nos detuvimos hasta llegar a la entrada.Me sonreíste, (como atesoro ese recuerdo) y empujaste la oxidada puerta, el chirrido fue el único sonido emitido en mucho tiempo.
El espacio era enorme, apenas iluminados por sucias lucarnas, y estaba lleno.
Lleno de objetos
Ahí convivían primeras ediciones y herencias familiares, juguetes gastados y álbumes de fotos. Artefactos extraños, imágenes religiosas, pinturas exquisitas y dibujos de niños. Descubrimos que eran cosas que los viajeros no pudieron llevarse consigo, recuerdos de sus seres queridos y objetos de deseo.
Las horas se sucedían y no parábamos de revisar las joyas, leer las cartas; abrir las cajas; sentir que ahí estaba todo lo necesario, que seriamos felices; entre risas nos imaginábamos nuestro escape, un viaje al otro extremo del mundo, llevarnos algunas cosas para empezar y luego irnos lejos.
Ahí surgió el problema
Los objetos no podían salir del lugar, era lógico, habían sido dejados atrás y ninguna fuerza los sacaría al presente. Cada día intentábamos llevarnos algo, pero desaparecía al salir por la puerta; del deseo, paso a la desesperación y ahí a la resignación.
Una tarde, tiempo después, llevé la única foto que tenía de mi padre y logre sacar un anillo del hangar; “así es como funciona” te dije, uno debe entregar algo valioso para ti para sacar algo; “sacamos un par de cosas y nos vamos de aquí”
En la última escena del sueño han pasado semanas, meses quizás. Afuera, los bolsos se agolpan llenos de joyas finísimas y monedas extranjeras. Siempre se puede entregar algo mas (diez días atrás cambie mis recuerdos de niñez por un collar de jade), Arrodillada entre un millón de cosas propias y ajenas busco desesperadamente un trozo de papel blanco; lo tomo y escribo mi nombre y así sobre cada hoja, cada preciado papel que llega a mis manos, trato de recordar algo más, ¿qué hacemos aún aquí?,¿ por qué no podemos salir?;y comprendo que los que se fueron dejaron su ambición aquí, que nuestra codicia nos tiene atrapados. Te veo buscando lo mismo, veo tus ojos desorbitados, tus manos temblorosas y sé que me has olvidado, que te has olvidado.

jueves, marzo 13, 2008

Los registros akásicos

.. “Un montón de imágenes rotas, en las que pega el sol
Y el árbol muerto no da cobijo, ni el grillo alivio,
Ni la piedra seca sonido de agua.
Sólo hay una sombra bajo esta roca roja
(ven bajo la sombra de esta roca roja)
Y te mostrare algo distinto
De tu sombra al amanecer que se extiende tras de ti
O la sombra del atardecer que se alza a tu encuentro
Te mostrare el miedo en un puñado de polvo”...


T.S.Elliot, Wasteland

II

Primero estuvo el miedo, ese respeto atávico a lo ajeno, a un horizonte desprovisto de huellas. Luego la certeza (constante) de la soledad, se ha vuelto mecánico el gesto de buscar una referencia en la vastedad, una prueba de que este paisaje tiene algo de humano.
Siempre el desierto me devuelve su línea ondulante, lo inmensurable (en contra de lo medible de mi sombra, he memorizado mi sombra, la extensión de mis pasos sobre la arena, el azote del viento sobre los labios secos). No recuerdo desde cuando escapo, solo sé que bastaría que me detuviera, que me rindiera para que se acabara la soledad, pero también el viaje.


Aparece paralela al horizonte una línea oscura, intento no esperanzarme, debe ser un espejismo; pero la sombra no desaparece y va avanzando de forma casi imperceptible a mi encuentro


La sombra ya es una franja cuando me desplomo


Al despertar siento bajo mis manos el suelo duro y sé que he llegado, estoy en un espacio creado como una grieta, con altos muros de piedra. Me han salvado, he encontrado un refugio en mi escape.


Ya no estoy sola


Un anciano me explica que es el Abad, y que estoy aquí para ver algo importante, sobre nuestras cabezas hay una viga enorme cubierta con un lienzo blanco , el anciano sonríe y descorre el lienzo


Veo de un golpe el dibujo pintado de colores brillantes, tres mujeres en tres épocas distintas; las reconozco,


Soy yo


El anciano cubre el dibujo y como niebla olvido sus rostros, quienes eran, le ruego que me dé más tiempo, que necesito entender.


Me mira con tristeza…”ahora que lo has visto, no puedes salir de aquí”


Logro escapar antes de despertar del sueño

No pude escapar del olvido

Nota de la autora: los textos numerados corresponden a sueños reales, la capacidad de recordar los sueños ha influido en mi percepcion de la realidad (para bien o para mal)

lunes, febrero 18, 2008

Del otro lado

I

Siempre comienza por el suelo

Veo mis pies, los zapatos gastados y sucios, el borde de mi falda oscura, la madera vieja cruje bajo mi peso. Tengo frio, el viento me silva en los oidos.
Luego lo oigo, un rumor ascendente que envuelve todo, levanto la vista lentamente

Un millar de rostros me devuelven la mirada
Me encuentro en un escenario, yo soy el espectáculo

No entiendo sus gritos ¿estoy aquí para representar algo, ejecutar algún acto olvidado en mi nerviosismo? Debo ser importante, la gente esta alborotada.

Me siento feliz, giro para tener alguna pista de mi papel

Todo queda claro

De un simple arco de madera cuelga una cuerda

Estoy en un cadalso

lunes, octubre 15, 2007

Distancia Segura

Lo primero que ves al abrir la puerta del departamento es otra puerta al fondo del corredor. Si tienes suerte estará abierta; y la vista pasara por sobre la habitación en desorden, sobre la cama deshecha hasta el gran ventanal de la pared del fondo y de ahí a la cordillera y el cielo.
Desde el otro lado, la habitación, la cama, miro de reojo el pasillo oscuro y la puerta de entrada. Me perturba dominarlo de un vistazo, saber que si alguien entra, yo seré lo primero que vea. No alcanzaría a esconderme, a tomar el celular.
En la noche los ruidos se multiplican, las voces en los locales de abajo….sería tan fácil, no hay conserje, alguien podría olvidar cerrar la reja de la calle.
Si me encierro en mi habitación puedo simular que en las otras hay alguien durmiendo, acallar los crujidos, los ruidos en la escalera...no, prefiero esta distancia, este pasillo negro que la noche hace interminable.
Por tercera vez esta noche, oigo pasos del otro lado

martes, julio 31, 2007

Gatillante

Suenan las campanillas de la puerta, se deshace el silencio.
La señora Alondra, sabe antes de levantar la mirada de las cuentas apiladas sobre el mostrador, quien la visita y cuáles son sus deseos. Tras años de atender la pequeña cafetería en un barrio donde todos los vecinos se conocen; sabe cada manera de moverse, cada rutina visible desde los grandes ventanales del local.

-quiero un helado, por favor, la joven dice como inicio de la escena representada innumerables veces
-¿Simple o doble?..Simple, como siempre
-Simple
-¿qué sabor? Pistacho, su favorito
-Ehm, ¿puedo probar el de limón?

La dependienta me mira como si le hubiera pedido que se casara conmigo ¿Qué hay de malo con cambiar, para variar? Soy una persona madura e independiente y si quiero probar algo nuevo, lo hago, no hay ninguna ley cósmica que me impida no comer ese puto helado verde, y no, no tiene relación con malditos de ojos verdes, ni lagunas mentales del porte de África… ni siquiera lo tengo en mente. …esto no tiene nada que ver.

Salgo con mi rebelde helado de limón a caminar por las calles arboladas, no hace frio; es uno de esos perfectos días de otoño donde el aire parece vivo y los colores deslumbran, las hojas enormes caen con tal potencia que me hacen pensar que el suelo las atrae como un imán. A cada paso se arremolinan y bailan a mis pies, una nueva marea que llena todo de un rumor dulce. Necesito llenar mi cabeza de esas sensaciones y dejar de pensar. Necesito música

Prendo el mp3
Una visión como un parpadeo
… Sopla el viento sobre la arena , guijarros sueltos rozan la piel tibia.. Una caricia en el cuello trémulo y un beso dulce, lento...
Por segunda (no última) vez en la semana estoy perpleja

lunes, julio 02, 2007

Café

Un miércoles, hace cinco días, decidí que odiaba el verde.
Desperté con la luz irrespetuosa que se filtraba entre las cortinas mal cerradas, con la boca pastosa y una mentira en la mente

…no tomo nunca más…

Si hubiera sabido donde estoy ahora, jamás me habría levantado; pero en esos momentos solo pensaba en una taza de café; mi taza de café humeante antes de empezar a recordar. Camino a la cocina no percibí el silencio, el desorden, los indicios extraños y evidentes.

Abrí la puerta

Verde
Verde mi taza entre sus manos, verdes los ojos de un absoluto desconocido
Tomando café
En mi cocina

“te hice café” me dijo con una sonrisa en los ojos brillantes

…Supongo que un criminal no se habría molestado…

…”Ahh, gracias” recité en automático…”tu…

…”yo voy de salida” se incorporó (era alto), tomo la cafetera y me sirvió una taza, “la pasé muy bien anoche”… de pronto me sentí vulnerable, en piyama y con cara de resaca mientras un absoluto (aunque encantador) extraño se paseaba por mi casa

” ¿Quién…
“Nos vemos” un beso en la mejilla
El sonido de la puerta al abrirse

“espero que cumplas el trato”

Me quedé mirando la puerta cerrada, con el café enfriándose, tratando de recordar

¿Cuál trato?